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domingo, 21 de marzo de 2010

Vocablo Gotico


El vocablo “gótico” comenzó a ser aplicado al género literario porque éste desarrolló motivos donde se manifestaron extremos emocionales o temas oscuros y porque encontró su correspondencia en edificios de ese estilo, donde se ambientaban las tramas, tales como castillos, mansiones y monasterios, frecuentemente remotos y devastados, en ruinas.

Fue la fascinación por este tipo de arquitectura, arte, poesía e incluso jardinería ornamental la que inspiró las primeras creaciones de los novelistas góticos.

Por ejemplo, Horace Walpole –cuya obra “El castillo de Otranto” (1764) es con frecuencia considerada la primera auténtica novela gótica– estaba obsesionado con la arquitectura gótica medieval, e incluso construyó su propia casa, llamada Strawberry Hill (Colina de Fresa), reviviendo el estilo gótico.

Su objetivo explícito era combinar elementos del romance medieval, que juzgaba muy fantasioso e imaginativo, con la novela moderna, que en su opinión era excesivamente realista.

El esquema básico de sus argumentos novelescos incluía un misterio amenazante, una maldición ancestral, la presencia de pasajes ocultos y de heroínas desfallecientes.

La primera edición de su obra fue publicitada como un verdadero romance medieval italiano, descubierto y reeditado por un traductor ficticio. Pero cuando Walpole admitió su autoría en la segunda edición, la recepción originalmente favorable se convirtió en rechazo automático por parte de las casas editoriales.

La presencia de elementos supersticiosos, sin intención didáctica, fue interpretada como un gesto inadmisible dentro de la producción moderna, contraria a los principios del Iluminismo.

Más tarde la escritora Clara Reeve, más conocida por su obra “El viejo barón inglés”, tomó el esquema argumental de Walpole y lo adaptó a la demanda de su época, equilibrando la presencia de elementos fantásticos con el realismo del siglo XVIII.

Sin embargo, la inquietud que se desató fue si los acontecimientos sobrenaturales que no eran tan evidentemente absurdos como en la obra de Walpole llevarían a las mentes más simples a creerlos posibles. La técnica empleada por la escritora Ana Radcliffe, en cuyas obras cada elemento aparentemente sobrenatural resulta finalmente explicado por causas naturales, fue aceptada por los revisores literarios de las editoriales inglesas de la época.

Radcliffe hizo socialmente aceptable al “nuevo gótico”, lo cual resultó irónicamente seguido por una rápida degradación del renombre del género. Su éxito atrajo a muchos imitadores de baja calidad, que pronto llevaron a forjar la opinión general del género como productor de una literatura inferior, formulista y estereotipada.

1 comentario:

Bien ahora dejen su opinion sobre lo que piensan en cuanto a este tema, se los agradeceria mucho.

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